Coach: Lider, Detective, Provocador y Alquimista.
- Veronica Viscardi
- 2 abr 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 17 may 2022
Las circunstancias para que una persona decida iniciar un coaching pueden ser muy diversas: un quiebre personal, resolver un conflicto interpersonal o alcanzar un objetivo profesional.
El obejtivo estará puesto siempre en abrir posibilidades de acción y que la persona que es "coacheada" asuma su poder que está en sus manos. Esa respuesta nueva o diferente también será consecuencia de una transformación personal.
Uno de los puntos esenciales por los que el trabajo con un coach tiene tanto éxito a nivel mundial es que no trabaja sobre el trauma, sino que parte del momento presente de la persona, y la acompañan hacia el estado deseado. Esto genera una empatía especial con quien lo practica y posibilita la mejora e incorporación de habilidades y competencias claves para su crecimiento y desarrollo personal, que influyen directamente en el desempeño profesional de la persona.
Durante el coaching, los objetivos del proceso y de cada sesión los definen quienes reciben coaching. El coach nunca es quien dice cuáles son las metas. Lo que hace el coach es ayudar a clarificar qué quieren las personas que reciben coaching sin colocar su propia agenda. Uno de los valores del coaching está en cultivar un ambiente de aprendizaje para que quienes lo reciben traigan sus aspiraciones sin inhibiciones y sin ser conducidos por los conocimientos, costumbres o experiencia del coach.
Asumir responsabilidad y poder, transformar el observador y diseañr e implementar nuevas acciones, son los fines de un coaching exitoso.
Fuente: El arte de soplar brasas





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